9 de junio de 2011

Puedo prometer y prometo...

Que al exclamar "cojonudo", no evoco unos orondos genitales masculinos como paradigma de virtud o superioridad.

Que un "coñazo" no es para mí un descomunal pubis femenino que identifique con lo insustancial o lo aburrido.

Que al rechazar la igualdad matemática de hombres y mujeres dentro de una organización, no sucumbo al poder del falo, sino que defiendo el mérito personal. 

Que al emplear el masculino plural para incluir a todos los presentes en un contexto, no refuerzo el lenguaje opresor del macho dominante.

Que me da lo mismo tener jefe o jefa; siempre preferiré a la persona mejor preparada.

Que al despreciar la arroba o la equis en la escritura a modo de género neutro, solo empleo el sentido común y la corrección lingüística para rehuir de la más ridícula y vacua corrección política.

Que eso de que "el mundo sería mejor si lo dirigieran las mujeres" me parece una soberana memez. Margaret Thatcher. No digo más.

Que no me escandaliza que una niña pida a los Reyes (y no a las Reinas) un set completo de cocina, como tampoco que lo haga un niño. Que incluyo en la normalidad la imagen de ella marcando goles por la escuadra y la de él saltando a la comba como si no hubiese un mañana.

Que me reafirmo en que la sexualidad nos diferencia y nos complementa, pero el intelecto nos equipara.

Que fui educada en la igualdad y el libre pensamiento, mientras mi madre hacía camas y limpiaba los baños, al tiempo que mi padre preparaba la comida y pasaba el aspirador.

Que siempre me concedieron tanta o más libertad que a mi hermano.

Que considero un privilegio raro y deseable la crianza de los hijos durante sus primeros años, y no creo por ello que mi hábitat sea el hogar, donde deba esperar a mi marido con las pantuflas en la mano, el vestido de los domingos y el plato sobre la mesa.

Que voto al candidato que me parece más apto, sin importarme si usa falda o pantalones.

Que el machismo me asquea tanto como el feminismo.

Que el día en que me rinda a la dictadura del "nosotros y nosotras", suplicaré un buen meneo de solapa y lo recibiré sin rechistar.

5 comentarios:

Alfonso dijo...

Me encantan estos puntos y la forma en que los has redactado. Al igual que tú, me identifico con todos ellos, y puedo prometer y prometo yo también que si todos pensáramos así este mundo sería mucho más igualitario... Enhorabuena, esto sí es un dossier que promueve la igualdad, y no otro que yo me sé...

DANI dijo...

Esta muy bien y estoy de acuerdo en que no hay que escandalizarse por ciertos comportamientos adquiridos, aunque si intentar dejar que realmente seamos libres de pensamiento a las generaciones venideras.

Cuando una niña elige una cocina como juguete ¿La está eligiendo libremente? ¿Es indirectamente coaccionada por el comportamiento de su entorno? ¿Micromachismos quiza?

¿De que color visten en tu familia a los bebes? ¿Les ponen a las chicas pendientes? ¿Y a los chicos? Ese es el comienzo de la diferenciación entre géneros y en el fondo el comienzo de lo que denominan micromachismos.

Anónimo dijo...

TE MERECES EL MÁS GLORIOSO DE LOS APLAUSOS!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

ESTE TEXTO ES PARA COPIAR Y PEGAR EN TODOS LOS LADOS

La oveja magenta dijo...

Gracias por vuestros comentarios, tanto los positivos como los críticos :) Todos son bienvenidos y además,el mejor motivo para seguir adelante con el blog.
Me pregunto, Dani:¿Si un niño quiere jugar con una cocinita está bien, pero si se trata de una niña está mal?

ELENA dijo...

Mi comentario es crítico, pero desde el respeto y admiración. Me gusta como escribes. Está claro que el masculino plural engloba a hombres y mujeres a la hora de hablar (idioma ¿no? Es que te he leido en otro sitio y separas entre idioma y lenguaje y no me lo planteado nunca, me gusta). El problema es ese, que la misma norma ya indica que se use el masculino. ¿Por qué no el femenino? Cultura que viene de siglos atrás. Ese es el problema, una sociedad estructurada en lo masculino desde siempre, aunque se quiera englobar a ambos sexos halbando en masculino. No pienso que esté mal pero tampoco quiere decir que no se pueda cambiar con el tiempo ya que la manera de hablar y escribir evoluciona y parece que ha pasos agigantados. No tengo ni idea sobre el tema, pero supongo que será así. Lo veo por los cambios en ortografía y nuevos términos que se añaden cada poco tiempo. ¿Por qué cambiarlo? Porque creo que se juntan muchas cosas durante muchos años. El uso de masculino plural como forma de englobar es una de ellas. Por otro lado, a mi me da igual tener jefe o jefa. No estoy a favor de poner una jefa que no tenga ni idea por ser mujer pero tampoco esto a favor de poner un jefe que no tenga ni idea por ser hombre porque en "X" trabajo siempre sean hombres los que dirigen. Es lo que se lleva haciendo mucho tiempo. Si pones al hombre puede ser que tenga idea o no. Si pones a la mujer también. Lo que observo es que si es mujer y está en el poder, como lo haga mal ya se habla del tema con más acritud. El problema es que al estar igualmente preparados siempre se ha puesto a un hombre. Y ahora se exige que se mire para el cargo el grado de preparación de la persona siempre que en el grupo de selección haya hombres y mujeres, no sólo hombres.
Como dice DANI: “¿De que color visten en tu familia a los bebes? ¿Les ponen a las chicas pendientes? ¿Y a los chicos? Ese es el comienzo de la diferenciación entre géneros y en el fondo el comienzo de lo que denominan micromachismos.”

Parecen tonterías pero se marcan muchas cosas desde que somos pequeños. El objetivo, creo, es que si el niño elige cocina, que se vea igual que si lo elige la niña, pero desde una educación neutra. Así todos elegirán entre balón, cocina, muñeca o lo que sea sin ningún tipo de educación previa. Ni que se piense que el niño es "mariquita" por coger cocina ni la niña "marimacho" por coger balón (lo entrecomillado es lo que se ha oido toda la vida). Creo que hay que educar en igualdad y si la niña elige cocina no pasa nada. Siempre y cuando se haya educado desde la igualdad. Y feminismo es eso, la búsqueda de la igualdad. Se estigmatiza el movimiento o esta forma de pensar porque se piensa que está en contra de lo masculino cuando lo que se busca es igualdad.